Positividad tóxica en el lugar de trabajo: ideas y consejos para evitarla
29 de septiembre de 2023
26 de septiembre de 2024
"¡No pasa nada! No te preocupes, ¡mejorará!". ¿Has recibido alguna vez este tipo de respuesta de tu jefe?
Cuando todo el mundo se siente deprimido y desmotivado, los directivos pueden intentar levantar la moral del equipo animándoles a mantener una mentalidad y una actitud positivas pase lo que pase. Confirmar sus pensamientos negativos no es, por supuesto, la solución adecuada para estas situaciones. Sin embargo, ser demasiado positivo en todo momento puede conducir a una positividad tóxica en el lugar de trabajo.
Somos humanos. Pasamos por diversas emociones. Dudamos, nos enfadamos, perdemos la esperanza... Sin embargo, experimentar sentimientos negativos a veces nos ayuda a aprender, crecer y recuperarnos. La positividad tóxica retiene y bloquea estos sentimientos. No tiene en cuenta cómo se sienten los empleados ni profesional ni personalmente.
No nos andemos con rodeos. Fomentar las buenas vibraciones parece una gran idea para mejorar un ambiente de trabajo agradable y mantener el compromiso de todos. Sin embargo, puede ser contraproducente si no se hace con un enfoque equilibrado y centrado en el ser humano. Este artículo ofrece ejemplos de positividad tóxica, explica las consecuencias de este enfoque y comparte consejos para evitar fomentar la positividad tóxica en el trabajo.
La positividad tóxica explicada
La definición de positividad tóxica en el lugar de trabajo
En el lugar de trabajo, la positividad tóxica se produce cuando promover una actitud positiva hace más mal que bien o si este comportamiento no es genuino. Adoptar una mentalidad positiva y ser optimista es una gran habilidad blanda que hay que tener tanto en el ámbito profesional como en el privado. Sin embargo, una sobredosis de positividad es inadecuada y puede causar un daño considerable a la salud mental de las personas y a la empresa.
Pueden surgir graves problemas relacionados con la experiencia y la rotación de los empleados si estas prácticas son superficiales y sistémicas. A la larga, en lugar de elevar la moral y el compromiso del personal, se consigue lo contrario, lo que genera más problemas. La positividad tóxica da lugar a una falta de consideración y autenticidad. Por último, es esencial recordar que estos comportamientos existen tanto por parte de los directivos como de los trabajadores.
La diferencia entre el apoyo positivo y la positividad tóxica
Nadie quiere estar en un entorno en el que todo el mundo está de mal humor y es pesimista. Pero, en otro orden de cosas, un lugar de trabajo en el que la dirección no es transparente y no acepta retos tampoco es bueno. Del mismo modo, colaborar con compañeros que sólo ven el lado positivo, incluso cuando es evidente que hay un problema que abordar, puede ser frustrante para el resto del equipo. Entonces, ¿dónde está la línea que separa el apoyo positivo de la positividad tóxica?
Una se basa en la confianza, la honestidad y la consideración de los sentimientos de las personas. La otra reprime esas emociones y finge que todo va bien aunque no sea así. Además, hay un momento adecuado para la positividad. Por ejemplo, no dirías a los miembros de tu equipo que no hay de qué preocuparse si acabas de anunciar que la empresa está pensando en despedir a algunas personas.
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Ejemplos de positividad tóxica en el lugar de trabajo
Fingir que todo va bien cuando no es así
En un entorno laboral con una positividad tóxica, la gente se centra sobre todo en el lado positivo y omite los temas y noticias negativos. Esto da la impresión de que todo va bien cuando no es así. Siempre hay altibajos y áreas de mejora. Un ejemplo clásico es cuando, en un momento difícil, los dirigentes dicen a sus trabajadores que no tienen nada de qué preocuparse y que la empresa sigue funcionando muy bien. Pero poco después cierran oficinas y suprimen puestos de trabajo.
Negarse a discutir los retos y problemas que se plantean en el lugar de trabajo.
Otro comportamiento clásico que ejemplifica la positividad tóxica en el lugar de trabajo es la dificultad para hablar de asuntos delicados y desafiantes. Por ejemplo, cuando los jefes evitan hablar con sus compañeros de algunos problemas relacionados con su forma de trabajar o su rendimiento. También puede ocurrir que los empleados se guarden sus preocupaciones porque no quieren parecer negativos o pesimistas. Esto impide que todos crezcan y puede acarrear graves problemas a la empresa. En última instancia, puede hacer más mal que bien a las personas y a la propia organización.
Minimizar o ignorar los comentarios negativos de los empleados
Otro ejemplo común de positividad tóxica es cuando los líderes tienden a minimizar los comentarios de su personal. Los trabajadores plantean un problema y reciben las consabidas respuestas: "No te preocupes, todo irá bien" o "¿No crees que estás exagerando un poco? No es para tanto". A veces es verdad, a veces no. E incluso si las cosas mejoran, estar presente y escuchar a los miembros de tu equipo es clave para fomentar un entorno de trabajo saludable y centrado en los empleados. Esto significa que cuando solicitan mantener una conversación constructiva sobre un determinado asunto y desahogarse, los directivos tienen que responder a esta necesidad y mostrarse comprensivos.
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El impacto de la positividad tóxica en el trabajo sobre la salud mental y otros aspectos asociados
Falta de confianza
La positividad tóxica suele implicar una mala comunicación para ocultar la verdad "no tan positiva" o fingir que no es para tanto. Pero, como todos sabemos, la verdad siempre sale a la luz. Cuando lo hace, los empleados pueden sentirse decepcionados, frustrados y, a la larga, perder la confianza en sus compañeros y en la dirección. Sin embargo, la confianza es esencial para que una empresa crezca y prospere. Si tus empleados no confían en ti o en sus compañeros, el trabajo conjunto no puede ser todo lo constructivo y fructífero que podría ser.
Ausencia de consideración
La positividad tóxica hace que los empleados sientan que sus emociones y opiniones se infravaloran y no se tienen en cuenta. A los trabajadores no se les escucha de verdad y es menos probable que compartan sus sentimientos cuando ocurre algo negativo porque saben que no se tratará adecuadamente. Sin embargo, reconocer las emociones y situaciones negativas es tan importante como celebrar las buenas para tener un entorno de trabajo saludable. La positividad tóxica hace que la gente sienta que hablar de los problemas, el estrés y los obstáculos no está bien. Cuando se atreven a mencionarlo, sienten vergüenza y culpa, lo que conduce a comportamientos de interiorización y gaslighting. En última instancia, esta represión puede significar la pérdida de sus mejores talentos y afectar a la satisfacción de los empleados que se quedan.
Estrés y riesgo de agotamiento
Hay una diferencia entre quejarse y plantear un problema real. Construir una fachada para parecer y sonar siempre positivo porque es la "cultura de la empresa" no está bien. Impedir que las personas expresen cómo se sienten o hablen de los problemas a los que se enfrentan puede desencadenar ansiedad y otras consecuencias psicológicas. Además, a largo plazo, reprimir las emociones aumenta el estrés y afecta a otros aspectos esenciales, como la conexión y el compromiso en el lugar de trabajo. En última instancia, fingir constantemente que todo va bien y ser incapaz de confiar en los compañeros también puede provocar síntomas de agotamiento.
Una amenaza para la propia empresa
Si la positividad tóxica se extiende y se convierte en una pauta, puede ser realmente preocupante para la propia empresa. Los trabajadores empiezan a minimizar los riesgos de ciertos problemas, fingiendo que "no es para tanto" y que todo mejorará. En lugar de abordar el asunto y tratar de encontrar una solución eficaz, creen que, de algún modo, todo saldrá como estaba previsto. Esto puede perjudicar realmente a una empresa, ya que algunas personas verán el problema y querrán atajarlo antes de que sea demasiado tarde.
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Consejos para evitar la positividad tóxica en el trabajo
Sea honesto y auténtico
El problema de la positividad tóxica es que a menudo difunde una falsa positividad. No sólo provoca problemas de confianza, sino que también impide que los empleados establezcan vínculos sólidos. Tener puntos de vista diferentes y discrepar forman parte de las relaciones humanas. ¿Cómo podemos crecer personal y profesionalmente si nunca se cuestionan nuestras opiniones? La sinceridad y los comentarios constructivos son esenciales para mejorar las interacciones genuinas en un entorno laboral. Predica con el ejemplo. Sé sincero y auténtico, y anima a tus equipos a hacer lo mismo. De este modo, los empleados pueden confiar en que si algo va mal en su trabajo, se les informará. Esto aumenta la confianza y crea un entorno de trabajo más tranquilo, ya que la gente sabe que si surge un problema, se tratará.
Ser tan solidario en los buenos como en los malos momentos
Consolar, apoyar y animar a los compañeros en los momentos difíciles es esencial. Pero reconocer que no se sienten bien, dejar que expresen sus emociones y tenerlas en cuenta es aún más importante. Todos somos humanos. Los empleados y directivos pueden sentir dudas, miedo o dolor. Experimentar emociones negativas es saludable. Recuerde que la clave está en el equilibrio. Si sólo te centras en lo positivo y borras lo negativo, no hay equilibrio. No podemos sentir sólo emociones positivas. La mejor manera de crecer y tener éxito es atravesando momentos difíciles y superando retos. Por tanto, di a tus empleados que sentirse mal a veces es normal y también está bien.
Fomentar una comunicación abierta y transparente
Cree un espacio seguro en el que tanto los directivos como los miembros del equipo puedan hablar de temas positivos y negativos sin preocuparse por las consecuencias de estas conversaciones. Un verdadero entorno de trabajo positivo es un lugar donde la gente puede hablar abiertamente de lo que piensa y recibir el apoyo correspondiente. Además, sus empleados deben saber que si algo va mal en su trabajo o en el lugar de trabajo, alguien se lo dirá en lugar de fingir que todo va bien. Es un proceso que va en ambas direcciones. Usted quiere que sus empleados compartan sus opiniones y sentimientos con usted. Pero también tiene que ser transparente con ellos respecto a la situación de la empresa y su trabajo.
Sé realista y no endulces los problemas
Hay algunas conversaciones que todos preferiríamos evitar. Por desgracia, las discusiones difíciles a veces son necesarias, y no hay que minimizar los problemas cuando surgen. Ser realista y no fingir que las cosas están mejor de lo que realmente están es crucial para evitar la positividad tóxica. En última instancia, endulzar los problemas perjudica a su plantilla y puede poner en peligro su éxito. La gente quiere honestidad y autenticidad, los Millennials y la Generación Z incluso más que las generaciones anteriores. No ofrecerles esto puede costarte tus mejores talentos y, a la larga, tener graves consecuencias para tu negocio en general. Por ejemplo, se correrá la voz sobre esta falsa positividad en la cultura de tu empresa, lo que puede afectar a la atracción de talento y a las alianzas.
Luchar contra la positividad tóxica en el lugar de trabajo y adoptar en su lugar un apoyo positivo es crucial para cualquier entorno laboral saludable. Tanto si se hace intencionadamente como si no, fingir que todo va bien y minimizar los problemas hace más mal que bien. Los equipos de RR.HH. deben prestar mucha atención para que estos comportamientos no se conviertan en hábitos y fomentar la retroalimentación constructiva, la transparencia y la confianza. Esperamos que este artículo le ayude a comprender mejor cómo estas prácticas poco saludables pueden afectar tanto a su personal como a su empresa y qué hacer para evitarlas.
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